Los Privilegios Rodados
El pergamino original del Fuero del año 974 no ha llegado a nuestros días, sin embargo, la autenticidad del texto está fuera de toda duda ya que los condes y reyes posteriores a Garci Fernández fueron confirmando y reproduciendo el texto original “verbum at verbum” al tiempo que añadieron prefectos adicionales y las famosas “fazañas” y que han llegado hasta nuestros días en forma de espectaculares pergaminos denominados privilegios rodados.
Los privilegios rodados son documentos de gran formato y belleza cuyo nombre deriva, por una parte, de su contenido jurídico –privilegio–, y, por otra, de uno de sus rasgos distintivos –la rueda– que contiene el signo del rey y que forma parte del sistema de validación.
Estos documentos eran los más solemnes emitidos por la real chancillería castellana y fueron regulados por primera vez en el reino en las partidas de Alfonso X el sabio. Concretamente, en la tercera de estas siete partidas se describe detalladamente cómo ha de ser su soporte, forma y estructura. Así mismo, se establecía que el documento había de ser escrito en pergamino de cuero, de gran costo y laboriosidad pero que garantizaba su perdurabilidad. El gran tamaño era acorde con su carácter escénico y visual, de letra elegante y cuidada y con iluminación de gran vistosidad cromática y con los nombres de los reyes, Dios y la Virgen María destacados en unas cartelas ya que éstos se debían pronunciar con énfasis en la lectura pública del documento. Su uso se extendió desde el s. XIII hasta el reinado de los Reyes Católicos
Se encontraban autentificados con un sello de plomo, el cual se encontraba unido al documento por unos <<filos de seda>> colgados de unos agujeros practicados en un doblez inferior llamado “plica” que se hacía para dar más resistencia al pergamino y poder soportar el peso del plomo.
La estructura debía de comenzar con la invocación religiosa, ya sea verbal haciendo alusión a Dios, la Trinidad y la Virgen María o simbólica mediante el signo del Crismón con las X y P, letras con las que comienza el nombre de Cristo escrito en griego: Χριστός, pronunciado como KRISTÓS.
La invocación era seguida de la notificación, << conocida cosa sea esta carta a cuantos hombres vieren>>; continuaba con la intitulación, los títulos del rey mencionando a su familia y después, la dirección, la disposición, la sanción, el anuncio de validación con alusión al sello de plomo y la data.
Si leyéramos la data del documento nos daríamos cuenta de que tiene una diferencia de 38 años con la fecha real. Esto se debe a que eran fechados con el calendario de la era hispánica, el cual tomaba el año 38 a.C. como su comienzo, momento en el que se pensaba que Hispania había sido conquistada por Roma, aunque en la actualidad sepamos que esto sucedió con la conclusión de las guerras cántabras en torno al 19 a.C.
La rueda es el elemento más característico del documento, de ahí su nombre. Originalmente era el sello de validación, aunque más tarde esta función la tomara el sello de plomo. Su tamaño y belleza cromática daba prestigio al documento y representaba al rey.
Estaba formada por dos anillos concéntricos, exterior e interior y un círculo en el centro donde se mostraban las armas parlantes del reino. En el anillo interior estaba la firma del rey y en el exterior se incluían los nombres de los dos personajes más importantes de la corte, que eran el mayordomo mayor, que era el encargado de las finanzas y el alférez del reino que era el jefe del ejército y en el anillo interior.
La rueda está flanqueada por las relaciones de los confirmantes y testigos separadas por unas grandes letras F que significan la confirmación y por último los nombres y firmas de los notarios del reino.
Todo un conjunto de elementos exhaustivamente regulados al detalle en forma y contenido orientado a maximizar la importancia del documento, el cual representa al rey, para obtener reacciones de respeto, obediencia, y sumisión.
En esta muestra se exhiben dos tipos de privilegios rodados. Por un lado, los de confirmación, es decir, aquellos que ratifican un privilegio ya existente y, por otro, los de confirmación y concesión de nuevos privilegios que amplían los fueros previos de la villa de Castrojeriz.
El contenido del Fuero de Castrojeriz, el original y sus posteriores ampliaciones, una vez fijado y confirmado su tenor según el ejemplar (de hacia 1131-1157) que dejó para la posteridad el rey Fernando III, en privilegio de 3 de marzo de 1234, fue confirmado en 7 ocasiones más por hasta cinco monarcas posteriores, desde la de Alfonso X, de 11 de enero de 1255, a la de Juan I de 20 de agosto de 1379.
De estas 8, solo han llegado hasta nosotros en sus pergaminos originales las 3 últimas:
- Alfonso XI, 1341, marzo 5. Madrid (A.M. Castrojeriz)
- Juan I, 1379, agosto 13. Burgos (A. Parroquial Castrojeriz)
- Juan I, 1379, agosto 20. Burgos (A.M. Castrojeriz). En este se recoge el texto del fuero condal (974), según la versión con añadidos de 1131-1157, más 6 confirmaciones regias, desde Fernando III (1234) hasta Juan I (1379):
- Fernando III, 1234, marzo 3
- Alfonso X, 1255, enero 11
- Sancho IV, 1285, marzo 22
- Fernando IV, 1301, mayo 8
- Alfonso XI, 1326, abril 16
- Alfonso XI, 1341, marzo 5
- Juan I, 1379, agosto 20.
Curiosidades del Privilegio rodado de Alfonso X
Fechado en Castrojeriz el 3/3/1255, confirmando otro anterior de su padre Fernando III, fechado éste a su vez en Carrión de los Condes el 26/6/1232 y que ratifica la exención de pago de impuesto llamado moneda a clérigos y caballeros de la Villa.
– La data está reforzada con el siguiente comentario: << En el año que Don Eduardo, hijo primero y heredero del rey Enrique de Inglaterra recibió caballería en Burgos del rey Don Alfonso>>.
– Encima de la rueda aparecen los siguientes confirmantes:
– Don Aboabdille Abennazar, rey de Granada, vasallo del rey (comenzó la construcción de la Alhambra).
– Don Mayahomat Abenmahomat abenhut, rey de Murcia, vasallo del rey.
– Don Abenmahfor, rey de Niebla, vasallo del rey.
– Don Gastón, conde de Beaur, vasallo del rey.
– Don Guy, vizconde de Limoges, vasallo del rey.
– Leyendas de la rueda:
Anillo exterior:
<< El alferezía del rey vaga >>
– La expresión “vaga” probablemente haga alusión a la ausencia del alférez mayor del reino, ya que éste, Lope Díaz de Haro, Señor de Vizcaya, se había revuelto contra el rey ese mismo año.
– <<Don Iván García, mayordomo de la corte del rey la confirma>>
Esta leyenda contiene una errata del iluminador al haber confundido, probablemente en una pausa del trabajo, la “a” de Iván con la primera de García, dando como resultado: <<Don Ivarcía>>.
Anillo interior:
<< Signo del rey Don Alfonso>>
Círculo central:
Imagen de cruz ancorada sin las armas del reino.